Cada mañana, al abrir los ojos, puedes decidir qué tipo de día vas a vivir. Probablemente tendrás miles de pensamientos revoloteando tu mente tratando de perturbarte. Estarán rondando, intentando que les des cabida para arruinarte el momento y posiblemente el día completo. Si se lo permites, pueden robarte la alegría, la energía y la esperanza.
Cuando hablamos de pensamiento positivo, no hablamos de negar la realidad. Hablamos de que, aceptando la realidad, puedes no ceder ante el desánimo o la frustración sino decidir conscientemente, animarte y seguir adelante. Que decides ver lo mejor de cada situación y cuando no es posible, buscar soluciones evitando caer en la fatalidad.
La alegría de vivir
La alegría no tiene que ver con los problemas o dificultades, tiene que ver con una actitud interna, con una decisión consciente. Una decisión que renuevas cada día. Cada mañana aparece frente a ti la posibilidad de rendirte o de seguir luchando. Por eso te decimos: ¡Vive la vida! Decídete a tomar pequeños pasos para generar alegría y positivismo en tus días.
Ideas para vivir a plenitud:
- Cada mañana, al abrir los ojos, agradece. (Gracias Dios por un nuevo día, por una nueva oportunidad, por la salud, por la familia…)
- Antes de bajar de la cama, repite algún pensamiento que te anime y te llene de energía. (“Creo en mí”, “Soy CAPAZ de lograr todo lo que me proponga”, “Voy a mí”, “Hoy será un buen día”, etc.)
- Establece un propósito para tu día. (Escribe qué deseas lograr hoy, qué tareas deseas completar)
- Ayuda a crear un mundo mejor. (Dale instrucciones a quien busca una dirección, ayuda a alguien a cruzar la calle o detener un taxi, carga los pesados bolsos de compra de tu vecino, etc.)
- Antes de acostarte, repasa las bendiciones que recibiste durante el día. (Esa llamada especial, la oportuna ayuda del empleado de la tienda, el día tan hermoso, tu niñ@ ganó estrellitas en la escuela, etc, etc.)
Anímate a implementar estas ideas y poco a poco verás cambios. Al cambiar tu manera de enfocar las cosas también cambiará tu disposición a resolver los problemas. Las dificultades no desaparecerán pero tú podrás lidiar más efectivamente con ellas.
Adelante. ¡Vive la vida!