En esta época de comunicaciones virtuales; de correos electrónicos, mensajes de texto, teléfonos móviles, etc… queremos celebrar a los buenos amigos. Esos que están a nuestro lado en los momentos de dificultad, que se solidarizan con nosotros y nos apoyan. Esos que más allá de Facebook y Twitter nos acompañan en el mundo real.
La bendición de un buen amigo…
La Biblia dice que quien encuentra un amigo encuentra un tesoro (Eclesiastés 6:14). Eso es muy cierto, sobre todo en este mundo donde muchas relaciones, tanto de negocios como personales, se desarrollan buscando sus propios intereses. Entonces los amigos surgen como los oasis en medio del desierto, traen esa frescura de vida, ese descanso necesario para seguir adelante.
Los amigos son esos seres especiales que están de tu parte no importa qué. No te juzgan ni te critican, aunque saben corregirte cuando es necesario. Un buen amigo te dirá la verdad aun cuando el tema sea difícil de tratar. Un verdadero amigo no te da todo por bueno, sino que se arriesga a decir cosas que no deseas escuchar pero que sabe que redundarán en tu beneficio y te ayudarán a ser una mejor persona.
En ocasiones es difícil escuchar cosas no agradables sobre nosotros mismos… Valora los amigos que se atreven a decir esas cosas que incomodan mientras tal vez muchos otros las piensan o comentan a nuestras espaldas pero no tienen la valentía de tratarlas de frente. Ahí radica la esencia de la amistad y es uno de los pilares que la sostienen: si alguien se pone en riesgo por decirte algo que al final será beneficioso para ti, ese amigo vale oro, no lo pierdas.
Brindemos por ellos…
Agradecemos a Dios por los amigos. Porque nos ayudan a llevar nuestras cargas, porque cuando no encontramos salida en una situación difícil llegan con la palabra certera y nos dan luz y porque nuestra vida no sería igual sin ellos. Cultiva esas relaciones desinteresadas, no permitas que la distancia enfríe una relación de años.
Aprovecho para agradecer a mis amigos. He tenido la bendición de contar con seres que valen oro y puedo decir con toda certeza que no sería la persona que soy si no hubiera contado con esas amistades. Espero que también tengas la maravillosa bendición de contar con amigos fieles que están ahí por ti.