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La mayoría de los seres humanos desean amar y sentirse amados, y algunos buscan el amor gran parte de su vida. Cuando nos ilusionamos y nos convencemos que “esa” es la persona correcta, nos proyectamos al futuro y lo pintamos todo color de rosa. Entonces, al surgir una dificultad, los castillos construidos en el aire se derrumban estrepitosamente dejándonos más desolados que al principio.
Esto no es amor…
Definir el amor lo dejaremos a los filósofos, pues las definiciones varían según la persona. Lo que sí es cierto, es que el mundo moderno le llama “amor” a muchas cosas que no tienen nada que ver con el amor verdadero. Herir, maltratar u obsesionarse con una persona y pensar que es su posesión, no es amor. Utilizar, manipular o sacar provecho de una persona o relación, no es amor. Aniquilar la personalidad de tu pareja, hacerla sentir “menos” o que sólo a tu lado estará bien, eso no es amor.
¿Sabes amar?
Amar es arriesgarse, es confiar, es ponerse vulnerable… Es darle al otro las armas con las que podría destruirte y confiar que no será así. Suena aterrador ¿verdad? Es cierto que el riesgo es grande, pero ¿quieres seguir viviendo relaciones a medias toda la vida? Si no estás dispuesto a entregarte completamente, difícilmente conocerás el amor verdadero.
Si reservas un pedacito de tu corazón por lo que pueda pasar, si eres receloso y siempre esperas lo peor; podrás vislumbrar el amor, pero no disfrutarlo plenamente. Es importante señalar que esto no tiene nada que ver con cuánto te ame o no tu pareja. Puede amarte incondicionalmente, ser sincer@, respetarte, etc. y si tú lo ves todo desde la desconfianza, esa será tu realidad. Inventarás fantasmas que no existen y al final la relación se afectará por cosas que sólo están en ti.
Aprender a amar es posible. Requiere valentía y decisión; sinceridad, diálogo y una comunicación abierta entre ambos. Requiere estar dispuesto a perder, con la absoluta certeza de que perdiendo se gana. Requiere renunciar al control, porque no podemos saber con seguridad el resultado final de nuestro esfuerzo… Aun así, el mejor camino hacia el amor seguirá siendo confiar y arriesgarse. ¿Te atreverás a intentarlo?
