Cuando entregas un regalo (obsequio), ¿es importante la envoltura? A veces le ponemos papel brillante, cintas y lazos. Esto definitivamente resalta el regalo, pero no “cambia” su esencia. Además ¿prefieres obtener lo que deseas en una simple cajita o lo que no deseas primorosamente envuelto? Suponemos que lo primero. A veces en la vida parece que olvidamos este principio y prestamos más atención a la “envoltura” que al regalo.
Cuántas veces has orado por algo y al final te das cuenta que te han concedido lo que pediste pero no de la manera que esperabas. En muchas ocasiones Dios nos complace y atiende los deseos de nuestro corazón pero no siempre de la manera que nosotros pensamos. Estás buscando trabajo y tenías tus esperanzas cifradas en esta entrevista, no sabes qué pasó pero no fluyó como esperabas y de camino a tu hogar vas frustrado. Sin embargo te llaman de un lugar donde no recuerdas haber enviado tu resumé y al final te enteras que un exjefe dio referencias sobre ti.
Las expectativas…
Muchas veces obtenemos lo que deseamos, pero como no llegó a nosotros de la manera que lo esperábamos, no sentimos la misma satisfacción o no nos gusta. La palabra que se interpone entre nosotros y eso que anhelamos y hemos recibido es “expectativas”. Esa idea o plan interno que define y especifica cómo deberían pasar las cosas.
¿Cuántas veces las expectativas nos alejan de disfrutar plenamente cada momento? Tenemos un momento precioso enfrente y sólo porque no es como lo imaginamos no lo disfrutamos del todo. La expectativa es un ladrón, te roba el momento. No lo vives a plenitud por estar comparándolo con lo que estaba en tu mente.
Disfruta el regalo
¡Ajá! Descubrimos que hay un ladrón rondando, ¿y ahora qué? Lo importante es estar alerta, poder identificar esos intentos que hace nuestra mente para robarnos la alegría. Es volver al principio y obviar la envoltura si no nos agrada tanto.
No queremos decir que no es bueno tener planes o esperanzas. Claro que sí, es bueno aspirar alto y esperar lo mejor. El punto es ser flexible. Así disfrutaras plenamente el maravilloso regalo de vivir cada día.