Caminando desde el estacionamiento hasta el edificio donde están nuestras oficinas, suelo ir siempre por la misma acera. Al caminar por el mismo lado de la calle, la vista obviamente, también es la misma todos los días. Esto, como verás más adelante, puede crear percepciones equivocadas.
Durante los varios meses que llevaba caminando esa ruta, al llegar a determinado tramo me parecía un poco “solitario”. No me gustaba el asunto de tener que caminar ese trecho diariamente y apresuraba el paso para salir rápidamente de ahí.
Descubriendo alternativas
Un día que iba mucha gente por ese lado y deseaba caminar más rápido, cambié de acera. Me sorprendió grandemente que al llegar al tramo que yo llamaba “solitario” desde ese lado, tenía más visibilidad e incluso veía los negocios hasta el final de la calle. En ese instante comprendí que esa era mi percepción, pero no era la realidad.
Inmediatamente lo trasladé a la vida. Me pregunté cuántas veces nos sucede esto. Cuántas veces, vemos barreras que no existen y que desaparecerían con solo cambiar de perspectiva. ¿Por qué no se me ocurrió caminar por el otro lado de la calle? En este caso, la superficie en ese lado es bastante irregular. Pero también muchas veces nos habituamos a lo que ya conocemos. Cuestionar, retar o aventurarnos, a veces no nos sale naturalmente.
Cambia de acera
Si por costumbre sigues métodos que no entiendes pero tampoco cuestionas. Si mantienes una relación que no aporta mucho, pero tampoco “molesta” demasiado. Si detestas tu trabajo pero no te animas a mirar más allá de tu escritorio… Te invito a cambiar de acera. Comienza a mirar desde otra perspectiva y descubrirás nuevas opciones y métodos. Lo que es más importante, descubrirás nuevas realidades; porque puedes estar (como en el ejemplo de arriba) teniendo una percepción equivocada de la realidad. Entonces, con la visión clara, confronta lo que te incomoda y búscale solución.