Tal vez necesites reconciliarte y perdonar a algunas personas, pero puede ser que la persona que más necesitas perdonar es a ti mism@. Aceptar que no eres tan list@ na’, que te dejaste envolver e hiciste un mal negocio. Aceptar que confiaste en quien no debías, que las señales estaban ahí, pero tú no quisiste verlas. Aceptar que dejaste pasar una oportunidad grandiosa que no volverá… Todo se resume en perdonar que te equivocaste, que “metiste la pata”.
Aquí te damos 6 “tips” para perdonarte:
- Sé como los niños – cuando van corriendo y se caen, se detienen, se miran las rodillas medio raspadas, se limpian la tierra que se les pegó con el golpe y siguen corriendo y jugando como antes. Cierto que nuestras vidas de adultos son más complicadas, pero muchas de nuestras situaciones vienen por no aceptar que no somos perfectos y que nos equivocamos. (Ej. Sufriste una decepción amorosa, levántate, conserva la ilusión y sigue creyendo en el amor)
- Haz como un buen guerrero – saber retirarse a tiempo del campo de batalla es un arte. ¿De qué sirve perder todo tu ejército? Es mejor retirarse, reorganizarse y volver a la batalla. Igual en la vida, a veces tomamos decisiones que resultan no ser las mejores. Entonces es necesario tener la humildad de reconocerlo, enmendar la situación y seguir adelante. (Ej. Hiciste un mal negocio, mejor retírate antes de perder más dinero)
- Pregúntate por qué se te hace difícil perdonar – muchas veces cuando no puedes perdonar a otra persona es porque no te perdonas tú en relación a esa persona. O sea, que te culpas por haber sido un “tonto”, por no ser más perceptivo, etc. El culparte y no perdonarte, dificulta que puedas perdonar a la otra persona, pues cada vez que recuerdas la situación recuerdas “tu falta”. (Ej. Cuando te traiciona alguien cercano)
- Analiza qué ganaste con la experiencia – podemos aprender de cada situación si la analizamos con detenimiento. El detenerte y reflexionar te ayudará a identificar qué cosas necesitas mejorar y te permite enfocarte para trabajar en esas áreas. (Ej. Puede que necesites ser menos impulsiv@ o tal vez más arriesgad@)
- Date otra oportunidad – de la misma forma que cuando tus seres queridos hacen algo que te defrauda, lo pasas por alto y le das otra oportunidad, sé también tolerante contigo. El culparte y recriminarte no te ayudará a superar la situación, así que sacude esos pensamientos y piensa algo bueno de ti. (Ej. Recordar tus cualidades es una manera de contrarrestar la autocompasión)
- Convéncete de que esto también pasará – repetir esta frase en momentos difíciles nos ayuda a ponernos en perspectiva. Perdonar es una decisión que no siempre es fácil mantener. Decide que la próxima vez lo harás mejor y ¡pídele a Dios que te ayude a continuar batallando! (Recuerda: No importa cuán difícil sea, no durará eternamente)
Es importante que asumas responsabilidad por tus errores, pero también es importante que delimites las cosas. Las acciones de otras personas no siempre dependen de tus acciones. No perdonarte es como intentar nadar con una piedra atada al cuello y hay cosas que sólo podrías haber evitado si conocieras el futuro. Entonces, no te culpes y tampoco culpes a los demás. Simplemente acepta lo que pasó y ¡perdónate!