«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y se llamará Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.»
Isaías 9:6
Hoy queremos celebrar todo lo que hemos hecho, todo lo que falta por hacer y aún aquello que volveremos a intentar. Todavía hay espacio para una oportunidad más. Dentro de dos semanas te van a regalar 365 días para que comiences. Ve preparándote con la ilusión y el entusiasmo de quien comienza una carrera para disfrutarla. Olvídate del agotamiento o el cansancio que puede producir la carrera, porque esto no es velocidad; es resistencia.
Si aún estas aquí, listo para comenzar la carrera es porque eres valiente y has soportado día a día el calor y el sol que te castiga cada mediodía. No dejes que la pesadez o el sentimiento de derrota cubra tu mente; lo vamos a pasar bien, aún hay esperanza y lo que pensabas que no ibas a lograr lo puedes hacer; sólo inténtalo. No te rindas sin ni siquiera comenzar.
Gracias a Dios que no se dio por vencido. Al Señor no le importó todo lo que hicimos para no merecerlo y buscó alternativas. Encontró que nos podía dar a su hijo para que nos Salvara y volviéramos a Él. Nos miró con ojos de misericordia y no nos dio la espalda como si no tuviésemos remedio.
Todavía tienes tiempo, fuerzas y energías que vienen del Espíritu para lograr lo que quieres lograr; tal vez no al mismo ritmo que antes, pero a poquito se pueden lograr muchas cosas. No te castigues. No todo está perdido. Tenemos un Salvador. ¿Estás consciente de que cuentas para esta carrera con un Hijo que es Admirable y Consejero? ¿Le has buscado todas sus especificaciones? Sólo tómalo de la mano y arranca en fe, porque la fortaleza viene del Dios Fuerte. Con el Príncipe de paz podemos lograr muchas cosas, Él vive; por lo tanto, aún hay esperanza.