En los próximos 11 días le habremos dicho adiós a la mitad de este 2013. Recibimos el año nuevo con ilusión y muchos planes para el futuro y ya en un abrir y cerrar de ojos… ¡Qué rápido va la vida! Tenemos momentos, minutos que no se recuperan. ¿Qué estamos haciendo con ellos?
Es imposible pensar en comenzar nuevamente con todo igual, todo en el mismo lugar y haciendo idénticamente lo mismo. Recomenzar significa renovarse, desplegar las alas. Significa salir después de la tormenta. El barco puede haber encallado o sentir el embate de las olas y casi naufragar, pero aun así cuando la tormenta se calma un buen capitán no se queda en puerto sino que vuelve a su nave y sale nuevamente a explorar el mundo y conquistar los mares.
Oportunidades…
Recomenzar es levantarse, combatir las adversidades, pero más aún buscar oportunidades. Cuando una relación se termina podemos sentir vacío y tristeza, pero es también una oportunidad para conocer personas nuevas, hacer cosas diferentes y dedicarnos más tiempo. A veces dedicamos tiempo a muchas cosas (trabajo, amistades, etc.) pero no reservamos tiempo para nosotros, unos ratos a solas pueden ser muy beneficiosos.
También es un momento excelente para reevaluar. Aprender de los errores para no repetirlos. Analizar cómo nos comportamos con los otros. Aprender sin permitir que las experiencias negativas nos dañen el espíritu. El que llega no tiene la culpa del proceder del que se marchó. Lograr ese equilibrio es un gran reto y lo que nos garantizará vivir plenamente sin acumular amargura y resentimiento.
Adiós al invierno. Viva la primavera
Es importante dejar, soltar, despegarse… Hay momentos en que es necesario que nos separemos de personas que no aportan a nuestra vida. A veces es doloroso; son personas que apreciamos, a quienes les tenemos cariño, pero al continuar a su lado no avanzamos; nos limitamos y muchas veces también los limitamos a ellos.
No te detengas; el tiempo es oro. Cuando se pierde, no se recupera; un minuto perdido es un minuto que se fue y no volverá. No tengas miedo de volver a empezar cuantas veces sea necesario, con ilusión y alegría. Empieza a recorrer el maravilloso camino que Dios tiene preparado para ti. Libérate. Respira. Camina y… ¡Comienza!