El futuro siempre ha sido un enigma que subyuga con fuerza a más de uno. Hay una especie de fascinación en saber qué nos traerá el mañana o qué se supone que suceda. Hay personas que dan mucha importancia a predicciones que le han hecho o viven pendientes de lo que dice su horóscopo.
El engaño del futuro
El vivir continuamente proyectándote al futuro te roba instantes del presente. Soñar con la casa ideal no es malo; pero si ese “sueño” te lleva continuamente a criticar y quejarte de lo que tienes, te está robando momentos de felicidad.
El futuro es ciertamente incierto; lo vamos construyendo con nuestras acciones de cada día. Es importante no perderlo de vista, pues en nuestro presente vamos poniendo las bases para un futuro mejor; pero también es importante vigilar que el anhelar algo diferente a lo que tienes no te esté haciendo infeliz.
Vive tu presente
Vive tu presente, disfruta tu hoy… Ya lo dijo el gran Maestro, cada día trae su propio afán. No queremos decir que no hagas planes para el futuro, al contrario, es importante y responsable establecer y delinear nuestras metas. Cambiar de trabajo, estudiar otra carrera, planificar vacaciones o nuestro retiro… Todo esto es saludable y necesario pues nos da una guía por donde caminar, es sólo que eso no te impida vivir plenamente tu presente, que no te limite disfrutar el lugar donde estás hoy en la vida.
Es muy cierto lo que dice, ya que la Palabra dice» Nos os afaneis por el dia de mañana ni por la comida ni por el vestido y cada dia tree su propio afan y vuestro Padre sabe que teneis nececidad de todas estas cosas»