Qué tema tan incómodo… Tratamos de evadirlo porque viene acompañado de tristeza, pérdida o vacío. En esta ocasión te invito a que lo veas como un nuevo comienzo, como una oportunidad de conocerte mejor. No hablaremos de la pérdida de alguien sino de “algo”: esa relación que has atesorado y te resistes a dejar ir. Te propongo que…
¡¡Enterremos el recuerdo!!
Vamos a enterrar la idea, el concepto que tienes de esa relación; eso que sigues guardando y que sólo existe en tu mente. En ocasiones vivimos de recuerdos y se nos hace difícil aceptar la realidad, sobre todo cuando ésta implica perder algo que amamos.
Nosotras tendemos a ser muy pacientes y a justificar comportamientos que no nos agradan y preferimos lidiar con ellos que perder a la persona querida. Si hablamos con honestidad, ya sabías que algo no andaba bien. Él se perdía por días y cuando se reunían lo sentías lejano y ausente. Lo justificabas diciéndote que estaba cansado, que tiene un trabajo muy estresante y tantas otras cosas. Sin embargo, un día te notificó que ya no se sentía bien en la relación y que era mejor terminar.
Aceptar el final
¿Cómo reaccionas? Esta es la parte más difícil y también la que hace la diferencia. Es normal que te duela el final de una relación, es normal sentirte triste porque ese a quien amas te dice que no desea continuar a tu lado. No es que no pasa nada; sí pasa y duele, pero dentro de todo, es tratar de ser objetivas. En muchas ocasiones nos aferramos a recuerdos que -analizados fríamente- resultan no ser ciertos y nos hacen daño. No es cierto que era tu alma gemela ni que eran compatibles, recuerda por qué discutían y cuánto odiaba ir a las reuniones con tu familia. ¡Detente! No permitas que el dolor y la soledad te lleven a otorgarle virtudes que no poseía.
Así como cuando morimos no es el final del camino, en este caso te invito a que veas este “funeral” como una renovación. Cuando “entierras” ciertas cosas es el momento perfecto para renacer. Aunque suene contradictorio, es en las adversidades donde salimos fortalecidas y donde brotan las cualidades que tenemos escondidas.
Anímate a encontrar una mejor versión de ti misma. Si sueltas las cargas tendrás la oportunidad de recomenzar.
Cuéntanos qué técnicas usaste; qué hiciste para sobreponerte al final y continuar…