Lisboa por la mañana
Cuando me siento en el banco de la plaza observo, desde aquel punto estratégico, los teatros de la vida que ocurren a mis pies. Mitad reales, mitad imaginados, estos viajes son tan o más valiosos que todos los otros que he hecho. Y mucho más simples…
Sigo la rutina del dueño de la frutería, de uniforme verde oscuro lleno de manchas, tirando cajas de fruta del camión del distribuidor. Siempre el mismo ir y venir. Su mujer mueve los brazos enérgicamente dentro de la tienda pero no estoy suficientemente cerca para escuchar por qué lo hace. Pero siempre lo hace. Y es entonces que imagino su vida: la dejarán caer en la monotonía, están frustrados y eso es latente cuando se miran. No entro más en su privacidad, hay otras cosas que ver.
Cambio de ángulo y sigo la vieja burguesa que pasea su caniche blanco a las 10 am en punto. Altiva, en el más puro estilo Chanel, deja en el aire un perfume tan intenso de Eau de Rochas que aturde a todos a su vuelta. Pobre perro, pienso.
Me dejo llevar, en seguida, por un grupo de adolescentes que fuman a escondidas de sus padres y me intereso por su troca de miradas sospechosas. El placer del ilícito…
Del otro lado tres amigas dan risotadas intensas en el mítico café de la plaza. No es difícil imaginar que el tema es el sexo opuesto, seguro lo es. Al lado, en otra mesa, un mendigo cumple su rutina diaria de beber una bica, el café corto de Lisboa. Sus ropas sucias y su pelo largo no son suficientes para camuflar el enorme estilo y personalidad que emana. Me pregunto qué hombre fue en el pasado: ¿un empresario que perdió todo jugando? ¿Un pintor loco? ¿Un bohemio alcohólico? Decido que fue un pintor loco y termino este viaje matinal cuya esencia primordial fue la contemplación.
Contemplemos más. Viajemos más. Vale la pena.
Abrazo,
Vagamundo Portugués
Querido amigo vagamundo haz logrado que en un momento me transportara a tu bella Lisboa y su gente. Es verdad, lo mas importante de un buen viajero es detenerte y mezclarte con la gente del lugar visitado y percibir la esencia de la vida con sus olores, colores y sonido únicos.